jueves, 8 de abril de 2010

UN JOVEN VALLISOLETANO SUBE A LA GLORIA DE LOS ALTARES: BERNADO DE HOYOS.

El 18 de abril todos los vallisoletanos tenemos una cita. A las diez y media de la mañana, en una solemne liturgia, el joven de 24 años Bernardo de Hoyos subirá a la gloria de los altares. El delegado del Santo Padre para este acontecimiento, monseñor Angelo Amato, lo declarará beato.
Es la primera beatificación que tiene lugar en los cuatrocientos años de historia de nuestra diócesis. La vida de Bernardo de Hoyos está estrechamente unida con la devoción al Sagrado Corazón. Cuando viajas a Río de Janeiro y te encuentras con el Cristo del Corcovado, cuando clavas la vista en la imagen que corona la torre de nuestra catedral, cuando divisas el Cristo del Otero al atravesar Palencia... o, simplemente, cuando al llamar a una casa, te encuentras en la puerta una placa del Corazón de Jesús, todo eso tiene su origen en el joven Bernardo de Hoyos.
Desde el antiguo Colegio de San Ambrosio, hoy santuario nacional de la Gran Promesa, este joven desencadenó un movimiento de amor al Corazón de Cristo que iría creciendo con los siglos.
¿Quién fue Bernardo de Hoyos? Un joven jesuita nacido en Torrelobatón en 1711. Hizo sus estudios en tres colegios de la Compañía de Jesús: Medina del Campo, Villagarcía y Valladolid. Fue en nuestra ciudad donde se le manifiesta el Señor y lo elige para ser el 'apóstol de su Corazón' en España. Era el 3 de mayo de 1733 cuando Bernardo recibió esta 'misión'.
Este joven de 24 años es modelo para una 'nueva' juventud. Bernardo tuvo un ideal en su vida y ese ideal la llenó de sentido. La vida se hace bella cuando hay una gran tarea que realizar en ella. Para una juventud desencantada, Bernardo representa la necesidad de un ideal por el que vivir y por el que luchar.

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