Segundo «round» a favor de los laicistas en la Universidad de Barcelona (UB). Primero consiguieron anular la misa central del miércoles —ayer fue el primer día que no se celebró— y ahora han logrado que para acceder a la capilla (para orar o preparar la Eucaristía) la comunidad católica del centro tenga que identificarse y pedir permiso al decanato o al propio rectorado. Algunos profesores aseguran que, pese a pasar estos filtros, el centro no les ha dado la llave.
Según ha podido saber este diario, estudiantes y docentes católicos pidieron anteayer, y también ayer, poder entrar en la sala, como venían haciendo hasta ahora con normalidad, pero la universidad les dio una negativa. Las mismas fuentes atribuyeron la respuesta del centro a «la presión que están ejerciendo los grupos laicistas al rectorado». M. C., una de las profesoras que ha topado con esas trabas tiene clara la relación entre esa nueva situación y los altercados de los últimos meses.
Otra victoria de los laicistas «Han conseguido del rectorado todo lo que se han propuesto hasta ahora. Primero cerrar la capilla y después ponérnoslo difícil para rezar. Es intolerable». Como prueba, la docente se remite al comunicado que emitieron los estudiantes «progresistas» cuando estalló el conflicto. En la nota, a la que ha tenido acceso este diario, los anti-capilla exigen a la Universidad que «abra un debate público sobre la validez de la cesión de espacios de la universidad pública al culto religioso» y que «se detenga la actividad religiosa en los espacios de culto dentro de la universidad».
A juicio de M. B., «la realidad demuestra que la UB ha cedido en las dos reivindicaciones de los alborotadores. Ha suspendido la misa del miércoles, la más importante, ha puesto a debate público lo que nosotros entendemos que es un derecho y, por último, pone impedimentos a la católicos para realizar actividades en la sala de culto». La profesora explicó que desde que empezaron los boicots, la UB elaboró una lista con el nombre de las personas autorizadas a entrar en la capilla —entre las que figura ella—. «Hasta esta semana nos daban las llaves sin más», añadió. Beatriz y Loreto son dos estudiantes católicas que toparon con el mismo problema. Por ello, junto a otros alumnos, decidieron enviar una carta de denuncia al rectorado, de la que no han obtenido respuesta. ABC se puso ayer en contacto con la universidad pero al cierre de esta edición el centro no se había pronunciado.
Es una verguenza,pero peor es la PASIVIDAD de toda la sociedad y sobre todo de los cátolicos.Por mucho menos que esto que ha sucedido en la universidad de Barcelona,ellos "los progres" ya hubiesen salido a las calles.ANA
ResponderEliminarEsta nueva "progesia" que domina en el Gobierno, en parte de la política, en Universidades, actores de cine, cadenas de tv, etc son una mafia que yo denomino burgesia del comunismo. Quieren controlar a la sociedad desde sus puestos de referencia imponiendo sus ideas como la solución definitiva a los problemas de la sociedad. Nos quieren "salvar" de todo lo que significa la Iglesia, la familia, las tradiciones,etc. Pero no vamos a dejarles que ganen esta batalla que ellos han empezado. Les queda poco tiempo en el poder y esto va ha cambiar. Pero lo más importante es que los ciudadanos normales hagamos frente a estas chulerias. Propongo que hagamos las familias del colegio una excursión esta primavera al Valle de los Caidos a escuchar misa y a comer unos bocatas en los jardines. CARLOS CANO
ResponderEliminarLa intolerancia violenta de unos pocos consiguió su objetivo de cerrar la capilla mediante actos de sabotaje de las misas y el amedrentamiento de los alumnos y profesores que visitan este lugar sagrado
ResponderEliminarLas denuncias periodísticas y las peticiones de miles de ciudadanos consiguieron que el Rectorado tomase cartas en el asunto y anunciase unas reformas en el recinto para garantizar la seguridad de los feligreses.
Las obras han concluido. Se ha instalado una puerta de acceso en el pasillo que conduce a la capilla y se pedirá el DNI a todo el que quiera pasar.
Profesores y alumnos temen que no sea suficiente contra la violencia de los intolerantes laicistas.
El miércoles 9 de febrero habrá ocasión de comprobar si el Rectorado cumple con su palabra.
Ese día se verá si los católicos pueden celebrar misa a las 14.15 horas, como venían haciendo hasta que la decana decidió cerrar la capilla por motivos de seguridad
Muchísimas gracias por defender nuestros derechos y ayudar a que muchos ciudadanos se conciencien y pasen a la acción
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