“Las calamidades pueden ser causa de crecimiento y de iluminación”, dijo el Maestro.
Y lo explicó del siguiente modo:
“Había un pájaro que se refugiaba a diario en las
ramas secas de un árbol que se alzaba en medio de una inmensa llanura
desértica. Un día, una ráfaga de viento arrancó de raíz el árbol, obligando al
pobre pájaro a volar cien millas en busca de un nuevo refugio... Hasta que, al
fin, llegó a un bosque de árboles cargados de frutas”.
“Y concluyó el Maestro: “Si el árbol seco se hubiera
mantenido en pie, nada hubiera inducido al pájaro a renunciar a su seguridad y
echarse a volar”.
(Antohony de Mello, s.j.)
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