San José, esposo de la Virgen María, hace las veces de padre del niño Jesús, trabajador, amante de su familia, delicado en la relación con los demás, soluciona los problemas del hogar, no con violencia, sino con un respeto enorme a las personas, procurando no hacer sufrir, o lo menos posible, temeroso de Dios, obediente a su Palabra y desinteresado. Es Patrono de la Iglesia Universal.
De San José únicamente sabemos los datos históricos que San Mateo y San Lucas nos narran en el evangelio. Su más grande honor es que Dios le confió sus dos más preciosos tesoros: Jesús y María. San Mateo nos dice que era descendiente de la familia de David.
Una muy antigua tradición dice que 19 de Marzo sucedió la muerte de nuestro santo y el paso de su alma de la tierra al cielo.
San Mateo narra que San José se había comprometido en ceremonia pública a casarse con la Virgen María. Pero que luego al darse cuenta de que Ella estaba esperando un hijo sin haber vivido juntos los dos, y no entendiendo aquel misterio, en vez de denunciarla como infiel, dispuso abandonarla en secreto e irse a otro pueblo a vivir. Y dice el evangelio que su determinación de no denunciarla, se debió a que “José era un hombre justo”, un verdadero santo. Este es un enorme elogio que le hace la Sagrada Escritura. En la Biblia, “ser justo” es lo mejor que un hombre puede ser.
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