sábado, 15 de septiembre de 2012

19 de Septiembre, Fiesta de la Virgen de la Salette



En su aparición en LA SALETTE, Nuestra Señora se revela como la Madre de Jesucristo y, al mismo tiempo, Madre del Pueblo de Dios. Compadecida, ella suplica a su Hijo para que no abandone al pueblo en su desolación y al pueblo implora que acoja y viva según la Palabra de Dios, en la esperanza constructora de un mundo mejor. La llamada a la conversión, hecha por María, Madre de la Reconciliación, es el punto central de esta aparición profundamente evangélica.
En el pasado, Dios, en su libertad y misericordia, ha­bló de muchas maneras a su pueblo. En la plenitud de los tiempos envió a su propio Hijo (Heb 1,1) como Palabra Encarnada para anunciar al mundo su proyecto de salva­ción. Por medio de Jesús y en el Espíritu Santo, el Padre reveló todo lo que tenía que decir a su pueblo.
Sin embargo, a lo largo de los siglos Dios continúa manifestándose para recordar a la humanidad lo que nos reveló. Una aparición de la Madre de Jesús es un medio pedagógico que Dios utiliza para formarnos en la fe del Evangelio. Es importante entretanto que la aparición sea autenticada por signos milagrosos y que la Iglesia reco­nozca que esté acorde a la Palabra de Dios.
Así ocurrió en La Salette, en Francia, el 19 de septiembre de 1846.

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